El Barcelona tendrá que hacer un análisis serio, pausado y con la cabeza fría sobre el futuro del equipo. La derrota ante el Bayern es muy dolorosa y podría distorsionar las líneas que Zubi y Tito habían trazado para la próxima campaña. La realidad es que la temporada azulgrana es muy buena. El equipo ha cumplido con los objetivos fijados al comienzo del ejercicio ganando la Liga y llegando a las semifinales de Champions y Copa frente a dos enormes equipos como Bayern y Real Madrid.
Sin embargo, el equipo ha presentado unos problemas que quedaron al descubierto en Múnich y que requieren soluciones. Su evidencia es ahora general. Este verano tiene que haber fichajes y los habrá, pero no debe producirse una revolución. Refuerzos importantes y en los que no se pueden cometer errores. Es la hora de Zubizarreta. No valdrán excusas porque no pueden permitirse tropiezos como los de Chigrinski, Ibra, Hleb, Alexis o Song. Y menos operaciones ridículas como las de Keirrison o Henrique.
El Barcelona tiene base de sobra para seguir en la élite del fútbol mundial, pero eso no será posible si los refuerzos no son los adecuados. Hace falta que lleguen y se integren de inmediato, no hay tiempo para una adaptación. Neymar y Hummels son dos futbolistas de garantías, pero costarán un pastón. Tanto Zubi como Tito tendrán que pensar en dar bajas a jugadores que no han rendido como se esperaba de ellos. Alexis o Song han estado esta temporada lejos del nivel Barça.
Para tener refuerzos de calidad el Barcelona tendrá que rascarse el bolsillo e ingresar dinero de ventas. Situaciones como las de Thiago Silva, que se fue por dinero al PSG, no deben repetirse otra vez.
En los últimos cuatro años el Barça se ha gastado 300 millones para fichar a un grupo de jugadores de los que sólo dos son actualmente titulares. En ese mismo periodo el Bayern fichó a seis que fueron titulares el martes con un gasto de 200. La comparativa en el campo fue terrible.
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